6 Cosas que debes pensar antes de compartir tu fe

6 Cosas que debes pensar antes de compartir tu fe #MásCercaDelCielo #RadioCristiana

“Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”. Hechos 13:47


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  1. Contarle a otros acerca de nuestra fe, es el resultado de un corazón agradecido por la salvación.

Cuando la grandeza y el amor de Dios ha llenado nuestra vida, y hemos tenido el privilegio de nacer de nuevo, brota de nuestro corazón el anhelo natural de contarle a todos nuestros amigos y familiares y conocidos que Dios si es real,  que Dios si está vivo, y que ha hecho una gran obra en nuestras vidas a través de Jesucristo nuestro salvador.

Por éste motivo, el deseo de hablar acerca de las maravillas de Dios, se supone que no tendría que ser algo esquemático, programado, forzado, o parte de un repertorio, pues es sencillamente el resultado de una vida de amistad con el Padre y Creador del universo, que nos motiva e impulsa a decirle a todos que hemos encontrado la  salida, la solución, el camino, la verdad y la vida.

  1. No hay un método o repertorio que debamos seguir al pie de la letra.

Teniendo en cuenta lo anterior, es claro que no existe una fórmula predefinida e infalible para compartir nuestra fe, pues Dios usando su multiforme gracia, y los dones que nos ha dado a cada uno, tiene el poder de tomar nuestras vidas y usarnos como un instrumento útil y pieza parte, de lo que constituye la gran estrategia de salvación que El Padre, El Hijo, y El Espíritu santo han diseñado con cada persona, utilizando para ello diferentes medios y formas.

  1. Dios pensó en la salvación de tu prójimo, antes de que tú la desearas

Aun antes de que nosotros oráramos por la salvación de un querido amigo o familiar, Dios ya le había visto, ya le había amado, y solamente le ha placido darnos la oportunidad de ser nosotros quien le compartamos de ésta gran salvación. Depende de cada uno de nosotros que nos dejemos usar por Dios, pues si estamos descuidados, o nos dejamos ganar por el temor, Dios no es escaso de recursos para tocar de otra manera la puerta de cada corazón. Cada vez que surge en nuestro corazón el propósito de compartir su palabra a algún conocido, debemos tener claro que ése sentimiento no es ajeno a los propósitos de Dios, quien desde mucho antes de que nosotros llegáramos o conociéramos a alguien, ya venia trabajando en la salvación de ésa persona.

  1. La salvación de un alma es un trabajo conjunto.

Claramente si estás interesado en saber cómo hablarle de Dios a tus conocidos, es porque anhelas que lo que tú les puedas decir, de una u otra forma influencie de manera positiva sus vidas. Pero en medio de todo el proceso de compartirles de Dios, debes tener muy presente que una persona no acepta a Cristo por toda la teología, testimonios,  respuestas a sus preguntas y atención que tú le puedas brindar, pues unos son  los que siembran la palabra, y otros son los que  fortalecen la fe, pero finalmente es  Dios mismo quien le da el crecimiento a esa semilla.  Por este motivo, es relevante que no asumamos solos el reto de compartir de Cristo, sino que involucremos también a otras personas del cuerpo de Cristo para que nos ayuden a orar, y a contribuir en el proceso.

  1. No tengas temor.

Sin importar que seamos recién convertidos, o cristianos con trayectoria, usualmente el miedo es  el enemigo más grande que debemos vencer para poder compartir el pan de vida. Para poder superar a éste gigante del miedo, debemos hacer lo que hizo David con Goliat:

  • No escuches las amenazas desafiantes del temor.
  • No pienses que eres demasiado pequeño, que no estas preparado, y que no eres la persona que se supone que debería predicar de Cristo.
  • Recuerda que no se trata de ti, sino de Dios.
  • No prestes atención al cuestionamiento de tus propios hermanos, que te pueden llamar fanático o hipócrita.
  • El temor no se vence tratando de ser otra persona, o disfrazándonos para evangelizar.
  • Trae a tu memoria las anteriores victorias que Dios te ha dado.
  • Declara en oración todo lo que anhelas ver.
  • Así como David se lanzó a atacar rápidamente a Goliat, y corrió hacia él para lanzar la piedra sin mayor espera, no repares en que hay temor, y da el paso de fe, dejando atrás el miedo.
  1. Prepárate.

Ora. Nuestro clamor constante por nuestros amigos y familiares perdidos, abrirá las puertas espirituales para que en el día menos pensado se dé la oportunidad para compartir la palabra.

Estudia la Biblia. Afina el oído para escuchar lo que Dios te habla en tu devocional diario, y ten presente que seguramente ése pan del día, es lo que Dios puede usar para bendecir a otros.

Mantente actualizado.  Usualmente cuando compartimos la palabra de Dios, resulta de gran ayuda mencionar temas de actualidad (noticias, descubrimientos, escándalos, opiniones, tanto en el ámbito secular, como en el cristiano), pues inclusive las mismas personas los traen a colación.

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido para Más Cerca Del Cielo.

 

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